Cerrando círculos: 1. Libertad del corazón

El ancla de un barco es igual al ancla sentimental que nos ponemos a veces, en mi caso, la mayoría del tiempo, es pesada, detiene el curso marcado y hace que toda la nave se vuelva lo suficientemente pesada para detener una vida. Hace poco un amigo me dijo que no es lo mismo estar soltero, a estar soltero psicológica y sentimentalmente. Hasta hace unos meses yo mantenía un dialogo conmigo misma, hablaba del nivel de tóxicidad que podía tener al estar con alguien, según yo, era lo suficientemente alto como para envenenar a todos los pobres individuos que me rodeaban, cosa que no era del todo loca, me esforcé tanto en desinteresarme por todos, que logre armar un muro de concreto a mi al rededor, vinieron todo tipo de arquitectos y constructores sentimentales, pero no lograron nada, es mas, creo que cada uno iba poniendo una piedra encima del muro, en fin, mi soltería sentimental y psicológica al parecer no se habían enterado que eran libres.

Los alcances eran bastante altos, creo que si los comparo con cifras de wall street, las acciones serían valoradas sobre las de la Microsoft. Y después de varios años de convivir con mil culpas, mil odios y mil rencores (3000 cosas que hubiera preferido liberar hace rato), hoy a las 00:00 cerré el primer círculo (el mas grande de todos).

Al mal tiempo...

Hace algún tiempo que la humanidad se queja de todo, obviamente, del todo que los compete, si vamos a la época de las cavernas, la mayor queja (en dibujitos en la pared obviamente) era la falta de garrotes para enamorar a las mujeres, había escaces debido a que como siempre, para los cavernicolescos sujetos, el tamaño si importa. Haciéndonos creer a las mujeres que no importa que golpe sea el que te van a dar, mientras el garrote sea mas grande, mas enamoradas quedamos... (pensamiento curioso que en el año 2010 algunitos siguen manteniendo, cero evolución). Los años pasaron y cuando dejaron de ser cavernícolas, subieron de nivel a indios inconquistables, tapados con dos dedos de taparrabos que hacía la función de caja fuerte para guardar las joyas de la familia, la mayor queja era la de la jerarquía, siempre quise saber cual era la linea de descendencia de Huaynacapac, seguramente sería el rey de América, o por lo menos de Quito, y no necesariamente habría tenido que ser el chico Yambal en la plaza de toros, o rey de facultades en su universidad, nisiquiera la estrellita de navidad en los festejos de diciembre, el titulo se lo hubieran otorgado por medio de una cadena nacional, lo grave es que al tener un impronunciable apellido indigeno-aristocrático, simplemente los medios de comunicación hubieran derivado su apellido a Llucsi, cosa que seguramente lo hubiera acomplejado y dando un decreto real (realmente estúpido, realmente irracional, realmente una cojudes como las que estamos acostumbrados...) se hubiera cambiado el nombre a Jhon Belt, para estar a la altura del Harry y el William de Inglaterra.... y ahora estando en la época en la que Jhon Belt nos gobierna, la queja de los conquistados rebeldes decapitadores de reyes y rugidores monarcas, ahora nos quejamos del tiempo, del tráfico, del trabajo, pero sobre todo, de la mala racha, que ya no se conforma con aparecer los martes 13, si no cada vez que se nos ocurre pensar en ella, dándole a veces nombre y apellido...

... Al mal tiempo... Buen Paraguas...