martes, 23 de septiembre de 2008

Los Cuentos que yo Cuento

cuentos
Había una vez una princesa, fea como un sapo, que esperaba a su lobo feroz.
Aparecían unos cerditos, varios príncipes azules, ogros, burros y robots, músicos que atraían bichos con su flauta, 7 enanos atractivos y no venía el Lobo Feroz.
Hace menos de un año le habían curado la narcolepsia, y ahora sufría de insomnio por lo que cada noche planeaba el encuentro, pensaba preguntar:
Qué estás haciendo lobito? esperando que él le contestara- Buscándote princesa.
Cuándo me encontraste? - cuando me llamaste con todas tus fuerzas.
Para que tienes la boca tan grande?- para besarte mejor.
La princesa pasaba todo el día en compañía del dragón, al principio el dragón era la fea bestia que custodiaba su torre, pero con el tiempo se convirtió en su amigo, su confidente, su consejero, ella le contaba del lobo feroz, le decía que iba a llegar a rescatarla, y que como él era su amigo iba a dejarla salir sin pelear, la princesa no se daba cuenta que el dragón se había enamorado de ella.
Por fin llegó el lobo feroz a la torre de la princesa, subió las escaleras saltando al dragón, abrió la puerta y la princesa preguntó:
Que estas haciendo lobito?- tratando de conquistar el mundo, contestó.
Cuándo me encontraste?- cuando los cerdos me dieron tu dirección a cambio de que no los coma.
Para que tienes la boca tan grande?- ahora? para tomar agua, oye dame un vaso de agua, que crees que subir hasta acá arriba no cansa?
La princesa acongojada, le dio el vaso de agua al lobo y deshizo en su cabeza todo lo que se había imaginado, se acordaba del dragón, de lo que ambos habían planeado, y cuando menos lo pensó el lobo ya se había otra vez marchado, llevándose sus joyas, la televisión, el dvd, y todo lo que ella había comprado.
Fue donde el dragón, y lloró por un buen rato, el la acurrucó, la consoló y la contempló hasta que ella de cansancio por fin se durmió.
Le volvió la narcolepsia a nuestra fea princesa, y soló despertó cuando se dio cuenta que era el dragón el ser que verdaderamente amó.