viernes, 10 de octubre de 2008

Testigo casual de tu soledad

Extraño las extensas charlas sobre cosas sin sentido, bueno, tal vez no extraño tanto las verdades habladas, sino mas bien al idealizado personaje que en mi mente crecía cada día, pensarte grande, en ese pedestal, con perfectos errores que cada día iba aceptando mas, poco a poco dejaste de ser mi hombre ideal, para convertirte en ese conocido que ya poco recuerda, almacené los mejores detalles, los que siempre llevaré conmigo, y si algún día te vuelvo a ver supongo que te saludaré con recelo, intentando no maquinar el pasado, esos pocos días en que pude ver algo mas de tu vida, para mi es mejor acordarme de los 5 minutos en que marcaste mi rumbo, que pensarte como un hombre idealizado que jamás fue.
Y aunque leas esto y te admires por la evolución de mi prosa, mi metáfora y mi retórica, jamas te vas a imaginar que la mitad de las miles de palabras escritas son por ese pedestal en que yo te tenía.

No hay comentarios: