viernes, 12 de junio de 2009

Es el tiempo...

No me gusta perder el tiempo y resulta que si lo perdí en el camino... anda deambulando por el mundo, imaginando que está en la vía rápida (lo peor es que no se da cuenta, que la rapidez es parte de su impensado futuro), y cuando lo encuentro, lleno de minutos y horas, intentando ser el segundero de un reloj de pared, estático, completamente cíclico, se esconde de mi vista y salta hacia una muñeca, para recorrer el mundo y seguir perdido...
Ahora mi tiempo está en un reloj negro, con manecillas un poco blancas y correas de caucho, transportado por una muñeca desconocida para el, pero conocida para mi, cálidamente fría, dulcemente ácida. Tiene una desconfiada confianza en que aquella lo llevará lejos, lejos de mí, lejos de la realidad y sin darse cuenta al cumplir el ciclo, que a pesar de ser rápido, por naturaleza está estático, volverá a mi impensado rumbo, cerrando etapas que empezaron un Abril y solo espero que terminen en Agosto...

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