Cierta tarde hace un tiempo, pensaba acerca de las relaciones interpersonales. Todas tienen que tener ese tinte telenovelesco que le da el sabor de la vida, tal cual dice Coca-Cola...
En una de esas amistades locas que hice en los comienzos de mis épocas argentinas, que cabe recalcar ya son 10 años de aquellos sucesos, me encontré con el personaje mas molesto y cómico que he conocido, mi amigo Clau... era el duro de los duros en joder a la gente, sarcástico, cínico y mas bueno que Lassie, que obviamente no se salva de ser el drama andante, recuerdo cuantas miles de veces me acusó de haberlo abandonado meses por el messenger, es mas lo sigue haciendo, me ha borrado tantas veces de todas las redes sociales que cuando pasan los días y ya no veo sus sandeces en mi muro le hago friend request, siempre vuelve... y como olvidar a mi don gato querido, otro argentinito sabiondo y psicotico, que no solo me hizo de torre de control, si no que un día se hartó del internet y decidió que nos mandaba a todos al diablo... en donde andará? ese nómada Pensardi que tan buenos consejos me daba, la verdad es que hablar con el era todo un placer, y en casos mas cercanos, los almuerzos de las amigas siempre terminan en la conversación mas esperada de la semana... las relaciones amorosas... esas piedritas en los zapatos que aunque nos causan cortocircuito mental y sentimental, nos encanta darles cuerda para que la una pregunte a la otra... en fin todos tenemos ese tira y afloja del que habla el sabor de la vida, esa telenovela venexicana que a pesar de que a todos nos choca, jamás dejaremos de vivirla...
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