Tan él sin saberlo

Los hechos que me rodean son simples, no se donde estoy parada!, muy segura de mí me levanto todos los días, intentando convencerme de que hay algo bueno y solo es cuestión de encontrarlo, tal vez estoy en medio de un bosque, tal vez en medio del agua, tal vez en un desierto o simplemente en el espacio... Lo que no encuentro de mi es eso que me hacía ser yo misma, esa risa real y larga, de esas que te hacen liberarte y sentirte eufórica, no encuentro mi expresión, se perdió con esa risa, ya no existe la descripción perfecta, la auténtica, tal vez perdí mi esencia, tal vez perdí el aliento, y me sumí en la hipocresía, en siempre tener la sonrisa e intentar ser positiva, me cansé de complacer, y no ser complacida, me cansé de esperar y no tener quien espere por mi. Quizás la clave está en no esperar, simplemente dejar que todo tome el curso que tiene que tomar, no existen los empujones, solo si tiene que ser será, pero en el camino mientras intento no esperar, aparece esa figura, fuera del estereotipo común de la hipocresía, tan él sin saber que lo es, y la perspectiva cambia totalmente, empiezo a encontrar el camino, empiezo a saber lo que quiero, aunque todavía borrosa, la vía ya esta tomada, diviso a lo lejos, sus manos, veo su pelo, y noto su encanto, fuera de sí camina cerca mío, aún no sabe que está a mi lado, siendo él mismo, se da cuenta de que también esta perdido, infantiles son sus ojos, desorbitados, tal vez un poco desesperados, cuando nota mi presencia se detiene, me observa, da dos pasos hacia atrás, no está seguro de querer encontrarse, no siente alivio de tener a alguien al lado, pero de a poco cede, sus ojos y los míos hacen por primera vez contacto, su expresión se relaja, por fin ve en él lo que tanta falta le hacía, no me toma de la mano, pero tampoco me esquiva, solo camina a mi lado sin soltar ni una palabra, ni un suspiro, simplemente caminamos... Somos dos extraños que se toparon en la vida, caminamos juntos pero totalmente distantes, aún no logro encontrar por que me atrae, tal vez es su cortés indiferencia, aunque se que sí me mira, pone límites, pone obstáculos, se aleja porque camina mas rápido, yo tranquila y paciente doy un paso hacia un costado, en eso, se da la vuelta, me vuelve a mirar, y con una sonrisa en su rostro, me dice: Tu me das Paz.
Aunque no me garantiza un segundo encuentro, me deja picando, mordiendo el anzuelo, nadie dijo que esto aquí se acaba, pero tampoco nadie dijo que esto continúa. Encontré sus defectos, me di cuenta de sus debilidades, me bastaron unas palabras para saber sus intensiones, pero aún así me gusta como es, es un tipo simple como lo que me rodea, acepto lo que tiene y lo que no, acepto sus limitaciones, y día a día aunque sin conocerlo lo admiro más. Sin embargo no tengo su seguridad, no tengo su pensamiento, no tengo su atención, simplemente no lo tengo, es por eso que lo miro desde el costado de la vía, tal vez ya sin espectativa, este es mi lugar seguro, y aún que camino a un costado, todavía camino a su lado, esperando el momento en el que él este seguro, el momento justo en que se detenga y en vez de decir "tu me das paz" me diga "acércate más".