lunes, 22 de diciembre de 2008

A la media noche

Pasó la noche sin dejar ni una sola esquina vacía, la llenó de emociones sin importar cual de estas fuera la que se quedaba de dama de la noche, indescriptible belleza transformaba a cada una de ellas, no se si era el brillo de la luna, o el andar pasajero de ese caminante sin destino, con una capa que arrastraba recuerdos iba plantando de uno en uno sin prisa ni angustia, solo preocupado de llenar de sentimientos cada particular lineamiento pavimentado de azul brea y verde cemento.
Al llegar la madrugada, embriagó de pasión a esa alma muerta, que pedía a gritos que por favor no se detenga y revivió dos segundos su bestia mas interna.
Pasó largo ese caminante sin rumbo y al amanecer con el alba oscurecida por su forma tan intensa de manejar la vida, tomó sus emociones, sus recuerdos y su sentir y partió hacia un nuevo lugar caminando sin destino, y llegó sin pensar otra vez a las esquinas vacías, solo por probar que su trabajo no estaba hecho, volvió a recorrer con su capa de recuerdos todos los rincones que el odio y el amor habían desecho. -

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