Es difícil imaginar un Buenos Aires dormido, sin emociones, sintiéndose vacío.
Mientras París está expectante, completamente despierto, sintiendo la frialdad del otro lado del mundo, estudiando a Buenos Aires, intentando comprenderlo, sin importar los kilómetros que tienen de distancia, simplemente París cruza los océanos para llegar a ese Buenos Aires, para despertarle sentimientos.
Llega al otro continente y le da un beso, por favor despierta Buenos Aires, no dejes a París expectatente.
Hoy yo soy París y tu eres Buenos Aires.
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