No sé como diferenciar la derecha de la izquierda; por lo general regreso a mirar mis manos para ver con cual escribo.
No sé como diferenciar al bueno del mediocre.
No sé como diferenciar al vivo de alma que al muerto de corazón.
Y no solo es un problema de coordinación mano/ojo si no también esa ingenuidad característica de mi persona que a veces me hace parecer demasiado viva.
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